¿Como hemos podido sobrevivir? Decía un blog que revise esta mañana y que use como matriz de inspiración. Somos de las generaciones de la guerra fría y del chocolate caliente en los cumpleaños, preparados por las mamas o las tías y no por el Macdonals. Nuestra infancia paso haciendo “locuras” es difícil creer que estemos vivos: Nosotros viajábamos en autos sin cinturones de seguridad y sin airbag, hacíamos viajes eternos leyendo revistas de comic. No tuvimos puertas, armarios o frascos que no abriéramos ni remedios con tapa a prueba de niños. Nos comíamos cajas de remedio y sólo nos daban leche.
Andábamos en bicicleta sin casco, nos sacábamos la chucha, nos rompíamos las rodillas, las manos, y nuestros amigos se morían de la risa y ninguno se traumaba. Los columpios eran de metal con madera y jugábamos a ver quien era “el más bestia” tratando de dar la vuelta completa, -hazaña imposible al menos en este planeta-, en la que más de alguno fue hospitalizado o por intentarlo o por pasar jugando desprevenido por detrás de la zona yo hasta tengo un sobrehueso en la frente por esas gracias.
Pasábamos horas construyendo carretones con partes de patines, patinetas o despedazando el carrito de la feria de las mamás, para bajar por las cuestas, y sólo cuando estábamos frente a un choque inminente descubríamos que habíamos olvidado los frenos y teníamos que saltar o destruir las suelas del único par de zapatillas Topper o Puma que teníamos. Jugábamos al "caballito de bronce" y nadie sufrió hernias ni dislocaciones vertebrales. Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el día, y sólo volvíamos cuando se encendían las luces de la calle.
Nadie podía localizarnos. No había celulares, ni siquiera todos teníamos teléfono, el más cercano a la casa estaba en una ruta como a 12 cuadras de donde coordinábamos los carretes o fiestas. Nos rompíamos los huesos, los dientes o la cabeza jugando a guerra con piedras y no pasaba nada, eran cosas de niños y se curaban con Povidona yodada o Merteolate rosado fluo, o unos puntos. Nadie a quién culpar, sólo a nosotros mismos.
Comíamos caramelos “la hora” de coca cola o “faturas” o mantecol y bebíamos jugos en polvo con cristales efervescentes, pero no éramos obesos. Si alguno era gordo se la aguantaba, ya vendría el estirón para ser grande. Compartimos botellas de bebidas o lo que se pudiera beber y nadie se contagió de nada. Nos contagiábamos los piojos en el colegio y nuestras madres, lo arreglaban lavándonos la cabeza con productos letales o cortes de pelos horrendos.
Nos poníamos de acuerdo con los amigos y salíamos a la calle, allí nos encontrábamos y jugábamos al "Pillarse",a las "escondidas" a las bolitas, o simplemente nos íbamos de excusión al mundo perdido de algún terreno eriazo a jugar a los exploradores entre matorrales de cardos o zarzas. Juntábamos insectos, cortábamos el pasto por el gusto de hacerlo o disfrutar del patio con la mascota de turno.
Hacíamos juegos con palos, ladrillos incluso paraguas, las sillas de la casa o el patio terminaban desarrollando las mas locas arquitecturas, perdimos mil pelotas de fútbol, dibujábamos paisajes con tiza o yeso sobre el pavimento, que solo se borraban con la lluvia, o tirábamos agua a los vehículos que pasaban por la calle en la época de carnaval. Bebíamos agua directamente de la llave, sin embotellar o enlatar, y algunos incluso chupaban la llave.
Íbamos a atrapar lagartijas y pájaros, con hondas a lugares lejanos antes de ser mayores de edad y sin adultos.
En los juegos de la escuela, no todos participaban en los equipos y los que no lo hacían, tuvieron que aprender a lidiar con la decepción. Algunos estudiantes repetían curso y no era una tragedia solo un traspié.
Veraneábamos durante 2 meses seguidos, incluso solos en el extranjero y pasábamos horas en la playa sin bloqueador solar de factor 40. Sabíamos construir fantásticos castillos de arena con foso sin preocuparnos de alguna basura letal o peligrosa que yaciera bajo superficie. Nos entreteníamos jugando con puntos y rayas en un papel, leíamos desaforados a Julio Verne jugábamos al ajedrez desde los 5 años, al tutifruti-bachillerato al tacataca-metegol al fliper o al pac-man sin depender de internerd, del Nintendo o del tarro y fundamentalmente poco se pensaba en dinero, la gracia estaba en el color, el conocimiento, o la pericia que incluía el juego, o el articulo y se compartía.
Molestábamos a las niñas persiguiéndolas con gritos empujones o sombras, y las niñas mandaban cartas de amor -de varias paginas- a los niños con esquelas de frutillitas o de los cariñositos, no en un Chat diciendo "=)" "=D" "=P".
Bue,tuvimos libertad, fracaso, éxito, responsabilidad, y aprendimos a crecer con todo ello.
No te extrañe que ahora los niños estén extraños o lentitos oo tengan deficit atensional je o solo usen algunos limitados garabatos,gestos o golpes para expresarse, creyendo que con eso son lo mas bacan del planeta. Si tú eres de los de antes... Felicidades!!! Fuiste de los que tuvieron la suerte de crecer como niños y no a medias o forzados como robot de una ciudad violenta. Si no tienes el deber e recuperar la alegria para ti y los tuyos.